ATAQUE
CARDIACO
Había terminado de hacer su colación Alejandra junto a su
colega Maritza en el gran hotel continental, en donde trabajaban como mucamas
por alrededor de cuatro años. Cuando de pronto se topan a la salida del casino
con Aurora colega de lavandería quien bastante asustada y nerviosa le comenta
que don Jorge guardia de control esta con un fuerte dolor en el pecho y al parecer
está sufriendo un ataque cardiaco. Se dirigen al sector de control, en donde ya
habían varios colegas, mirando y comentando lo ocurrido y nadie hacia nada y don
Jorge sentado en su silla apoyando su cabeza en su escritorio, pálido y
quejándose de dolor y le costaba respirar. Alejandra le dice al grupo que
estaba presente llamaron a la ambulancia. Todos se miran y uno exclama nadie,
estamos esperando que don Marcelo gerente del hotel lo autorice. Como puede ser
posible tanta negligencia, hay que llamar de inmediato a la ambulancia, esto es
una emergencia. En ese instante aparece don Marcelo, nervioso, la voz casi no
la pronunciaba. Mira a don Jorge y se da cuenta que esta grave, y saca un grito
del fondo de su alma, hay que llevarlo de inmediato al hospital. Y le dice a Juan,
taxista del hotel que lo lleve y lo acompañe Maritza, quien a su vez se asusta
y se niega acompañarlo, entonces le dice a Alejandra acompáñalo tú, no hay problema,
yo lo acompaño dice Alejandra. Se suben al taxi, Alejandra y don Jorge se
sientan en la parte de atrás, del taxi, Alejandra lo abraza con su brazo
izquierdo y con el otro le toma las mano y le dice don Jorge voy a rezar una
oración y le pediré a nuestro dios que lo proteja y que todo salga bien y usted
pídale con harta fe que lo ayude en este momento difícil,muebe la cabeza en
señal que lo va a ser. Alejandra comienza a rezar, poniendo toda su fe en dios,
mientras Juan a toda velocidad, sorteando tacos, semáforos con rumbo al
hospital regional, que por suerte quedaba como a cinco minutos del hotel.
Llegan al hospital y entran por el sector de entrada de ambulancia, se bajan
del taxi y a toda prisa lo conduce a
duras penas en dirección a urgencia. En donde se encuentran con una sala llena
de pacientes esperando su atención. Le pregunta a un guardia, donde lo pueden
atender pues viene con un fuerte dolor
en el pecho, le responde tiene que esperar su turno, igual que las demás persona.
Logra ubicar una silla desocupada y lo sienta, cada vez se quejaba más y se
veía más complicado. Pero a pesar de todo le pide a Alejandra que le marque un
numero de su celular, porque desea comunicarse con a su familia. Se comunica
con su hijo y le comenta lo que le está pasando y que vengan pronto al
hospital. Alejandra preocupada por la situación, logra ubicar dentro de toda la
gente, a una guardia mujer y se dirige hacia ella y pide por favor si la puede
ayudar a que atiendan pronto a don Jorge que sufre un fuerte dolor al pecho y
puede ser un ataque cardiaco. La guardia dice está bien veré que puedo hacer y
se dirige al interior de la sala de urgencia. Regresa al instante y le hace
señas que pasen a la ventanilla de atención,
le toman los datos a don Jorge y le hacen la ficha de ingreso, y seguidamente
lo pasan al box de atención, pero antes le sacan la chaqueta y en toda su
espalda le aparece dibujado un hermoso corazón formado por su sudor y transpiración.
Que la guardia al verlo queda sorprendida y le dice mire señora lo que tiene
dibujado en la espalda. Alejandra lo mira y queda admirada y dice para sí, esto
es una buena señal de nuestro dios. Pasan
los minutos y de pronto llaman Alejandra y el doctor le consulta, usted es familiar de don Roberto,
no responde Alejandra soy compañera de trabajo, hizo muy bien al traerlo a tiempo,
acaba de sufrir un ataque cardiaco, en estos momento se está estabilizado con
medicamentos, afortunadamente esta fuera de peligro. Gracias a dios comenta
Alejandra, se retira de urgencia con rumbo al hotel y se encuentra con la
familia de don Roberto, su señora e hijos y le informa lo sucedido, quienes a
su vez le dan las gracias por todo lo que hizo por él. Regresa a su trabajo y a
la salida del hospital puede respirar tranquila y desde sus ojos brotan un par
de lágrimas de felicidad, por la tensión y preocupación que le toco vivir y que
gracias a dios todo salió bien. Una vez en el trabajo, le informa las novedades
a su jefatura y continúa con su rutina diaria de mucama. Pasaron alrededor de
cuatro meses, el tiempo que don Roberto estuvo con licencia médica y regresa a
trabajar a su puesto de guardia de control y lo primero que pregunta es por
Alejandra y desea hablar con ella. Se encuentra con Alejandra en el casino, le
da un gran abrazo y las gracias por haberle salvado la vida, ya que el médico
que lo atendió no se explica cómo pudo estar con vida, por las condiciones en
que llego. Solamente le puedo decir que esto es un gran milagro y las gracias
hay que dársela a dios, ya que fui solamente una intermediaria de su obra,
termina comentando Alejandra.
EL IMPARCIAL
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