martes, 22 de octubre de 2019


                                  ANECDOTAS MARINERAS N°2

                                            ATERRIZAJE DE EMERGENCIA                                                                              
Me encontraba en la ciudad más austral del mundo Punta Arenas realizando mi servicio militar y mi estadía había llegado a su fin y debía regresar a mi ciudad de origen Talcahuano. Mientras tanto permanecía en el centro de abastecimiento a la espera de algún medio de transporte que me trasladara de regreso a mi tierra natal. Había transcurrido como un mes desde mi notificación, estaba un poco impaciente y con cierta preocupación los días pasaban y aun no tenía respuesta hasta que de pronto durante la mañana el sargento escribiente me informa que había llegado mi transbordo y que debía estar a las 08:00 horas en el aeropuerto del día siguiente para embarcarme rumbo al norte. Una excelente noticia que me hiso sentir muy feliz, pronto volvería a mi tierra y podría estar de nuevo con mi familia y con mis amistades a quien no veía por un tiempo prolongado de dos años que fue mi permanencia en esta bella y fría ciudad. Durante la tarde aproveche de ir al centro comercial a comprar algunos regalos  para mi familia y amistades, despedirme de mis carretas, conocidos  y a la vez de arreglar mi equipaje para el viaje. Por la noche no pude conciliar el sueño a duras penas pude dormir algo y cuando estaba en un sueño profundo me despertó el toque de diana del cabo de guardia a las 06:30 horas. Alza arriba marinero en tres tiempos estaba en las regaderas dándome un charli y luego a tomar un buen desayuno reforzado por el largo viaje. A las 07:00 horas de la mañana estaba listo en el portalón de donde me pasan a buscar en un furgón y me llevan con rumbo al aeropuerto durante el trayecto pensaba que mi trasporte sería un avión comercial pero cuando llegue al lugar  la sorpresa fue mayor, mi transporte era un avión pequeño bimotor de la armada con capacidad para ocho pasajeros incluida la tripulación que la componían el capitán, el copiloto y un mecánico y el restos de los pasajeros tres marineros conscriptos que habían sido licenciados de su servicio militar y dos sargentos que iban a la base aeronaval el belloto.                                                        
El capitán nos da la bienvenida y una pequeña charla de seguridad, me acomodo en la primera fila de asiento mirando hacia la ventana en compañía de un marinero y procedo a colocarme el cinturón de seguridad. Comienza a moverse el avión por la loza de la pista y de a poco comienza a tomar altura y se logra apreciar la gran inmensidad que vamos dejando a nuestro paso y la belleza del cielo y del paisaje que nos rodea de bosques montañas y cerros. Una experiencia maravillosa, única  por ser mi primera vez que viajaba en un avión. Había pasado como cuarenta minutos que llevábamos en vuelo cuando de pronto se enciende una luz roja que estaba ubicada en la parte superior frente a los asientos y esta se encendía y se apagaba al principio no le preste mayor importancia pensé que sería algo normal relacionado con la iluminación. Pero en el fondo era una señal de emergencia que estaba emitiendo la tripulación y lo comunica el capitán a través del mc diciendo estamos en una emergencia se acaba de apagar un motor y estamos volando con uno solo y por lo tanto debemos aterrizar lo más pronto posible. Tratar de regresar o buscar un aeropuerto más cercano es demasiado peligroso por la distancia.En estos momentos estamos buscando un lugar donde poder aterrizar se les pide mantener la calma y tener tranquilidad necesaria mientras sorteamos esta emergencia. Con esta información quedamos todos anonadados y con una gran preocupación latente que se siente en el fondo de  nuestros ser y se refleja en nuestros rostros lleno de angustia y pesar por el peligro que estamos viviendo y se respira un silencio profundo y total en la cabina de pasajeros e implorando de una u otra manera a dios de que todo salga bien. A través de la ventanilla se lograba ver como el copiloto desplegaba un mapa y lo revisaba una y otra vez junto al capitán buscando un llano o planicie y lo complementaba con los binoculares poder hallar algún lugar accesible donde poder tomar tierra. El tiempo parecía que se había detenido por completo que todo giraba en cámara lenta, estar viviendo una terrible pesadilla y no poder despertar. De pronto se rompe el estado de desasosiego y se escucha la  voz del capitán a través del mc quien nos informa que hemos ubicado una pequeña llanura donde poder amerizar.                                               
Por lo tanto se les solicita a los pasajeros que se coloquen el cinturón de seguridad y adopten la posición de seguridad, agachándose y con las manos sujetarse ambas rodillas hasta que el avión toque tierra. Momentos difíciles de angustia y miedo por no saber cómo terminaría todo esto, mis pensamientos se hacen más intensos en mis padres, hermanos, amistades. Y me encomendaba con toda mi fe a dios. Por fortuna el cielo estaba despejado y había buen tiempo lo que favoreció que el piloto pudiera tener una mejor visibilidad y el avión no se moviera tanto, no tuviera tanta vibración por los vientos reinantes. Comenzamos a descender raudamente y cuando parecía que íbamos amerizar el avión hace un giro inesperado y se eleva de nuevo hacia las alturas. Me levanto de la posición en la cual estaba y miro a través de la ventana y logro apreciar un pequeño valle rodeados por cerros lo que hiso que el piloto en primera instancia abortara por haber calculado mal. En su segundo intento el piloto logra llevar el avión a tierra firme, el golpe fue bastante fuerte cuando las ruedas tocan la tierra y el ruido y golpeteo parecía nunca acabar por el terreno agreste  disparejo y mojado hacían que las ruedas hicieran todo su esfuerzo para poder deslizarse en este potrero y no querer detenerse jamás. Por fin el avión logra detener su marcha en esta abrupta pista, un silencio total invade a toda la tripulación, hasta que el capitán nos comunica por el mc hemos aterrizados sin novedad gracias a dios y pueden hacer abandono del avión. Una alegría inmensa y felicidad brota  espontanea de nuestros corazones, nos abrazamos, reímos, de nuestros ojos cayeron más de un par de lágrimas y dando gracias a dios de estar vivos sanos y salvo.comienzo apreciar el lugar con harta vegetacion y era totalmente         desconocido para todos ya que el avión se había salido de su ruta habitual y no sabíamos en qué lugar nos encontrábamos y además estábamos totalmente incomunicado ya que la radio había sufrido un desperfecto y se había quebrado la antena. A lo lejos se apreciaba una gran cantidad de vacunos, caballos pastando en este potrero y una pequeña casita al costado de un camino de tierra y todo este entorno rodeados por cerros.
Llevábamos como dos horas esperando que llegaran los equipos de rescate o de lo contrario estábamos pensando salir a pedir ayuda al lugar más cercano, cuando a la distancia se escuchan ruidos de motores que provenían de una caravana de cuatro vehículos motorizados que se venían acercando a nuestro lugar. Una gran alegría invade nuestros corazones la ayuda y el rescate vienen en camino, pero una vez que se  acercaban los vehículos se lograba apreciar que eran militares pero su vestimenta era diferente a la que usan nuestros uniformado. Cuando están  frente de nuestro avión se bajan a toda prisa de sus vehículos y portando su armamento  nos apuntan con sus metralletas y con bastante agresividad nos gritan que levantemos las manos    a nuestros oficiales les quitan su armamentos que portaban.Y nos dicen están detenidos por invadir territorio extranjero de la república Argentina. Estábamos siendo detenidos injustamente y no respetando los derechos internacionales  por la policía de gendarmería quienes nos trasladan a toda prisa en sus vehículos al cuartel general que estaba ubicado en un pueblo llamado rio frio.  Estando en el cuartel comienzan con la rueda de interrogatorio que cada vez que pasaban las horas se hacía más monótono, latoso y cansador  en tener que repetir la misma versión una y otra vez a diferentes personas en forma separada de a dos o en grupo. llenar diferentes   formularios con los datos personales, familiares y ocupacionales, nos toman fotografía en diferentes ángulos: de pie sentado, medio cuerpo, cuerpo entero, carnet  y que pusiéramos nuestra huellas dactilares en los formularios y además que escribiéramos una confesión porque habíamos invadido su territorio.Porque según la policía de gendarmería nosotros éramos espías.Todo este tormento duro prácticamente todo el día y durante la noche permanecimos al interior de un calabozo en donde a duras penas pudimos descansar ya que las condiciones no eran las más apropiadas y poder comer algún alimento que nos pasaron.Al día siguiente después de salir del calabozo un oficial de gendarmería informa que las autoridades argentinas han tomado contacto con la cancillería y embajada chilena y que han confirmado  que realmente nuestro avión sufrió un desperfecto en uno de los motores y tuvo que aterrizar de emergencia en nuestra nación.Y que pronto vendrán a buscarlo una partida de salvataje pues tienen las coordenadas y el lugar exacto en donde se encuentra el avión. A partir de este momento cambio el trato hostil que habíamos tenido el día anterior, hacen devolución de los documentos personales y del equipaje  que había sido requisado. Y nos llevan a una escuela básica que a la vez funcionaba como un internado de menores que quedaba en el mismo sector.Y asignan una pieza con diferentes camas donde poder pernoctar durante el tiempo que dure nuestra estadía. Durante el almuerzo y la cena visitábamos un restaurante estilo campestre donde la comida era bastante buena y contundente en base a carnes de vacuno y el  vino similar al nuestro y los cigarrillos eran bastante fuertes ya que no tenían filtros parecidos a los liberti que hay en nuestro país, Y el mate una excelente bebida como bajativo.Todos estos menesteres lo hacíamos acompañados y custodiados siempre por personal de la policía de gendarmería.  la gente nos    miran y observan con cierta curiosidad y simpatía y era reciproco ya que para mí era primera vez de ver a  tantos gauchos vestidos con sus trajes típicos y sus boleadoras al cinto  y su mate.                                Como estar en algún pueblo de mi querido chilito lindo y observar a nuestro típico y autóctono huaso chileno que son bastante pintorescos. Cuando llegaba la hora de dormir teníamos ciertos problemas con las camas, como estas eran para niños pequeños quedábamos con los pies afuera lo que daba motivos a risas y broma en nuestros compañeros, pero de una u otra forma nos acomodábamos juntando dos camas o tirando el colchón en el piso. En la mañana cuando tomábamos desayuno en la escuela se acercaban algunos pequeños curiosos a preguntarnos quien éramos y que hacíamos le respondía que somos chilenos, de visitas por un corto tiempo. Son de colo colo o la universidad de chile nos preguntaban. Y ustedes de que equipo son, somos de river plate, otros decían de boca junior. Muy amorosos y simpáticos estos pibes.  Durante la mañana del cuarto día recibimos una excelente noticia por   parte del oficial de gendarmeria que habian tenido noticias de nuestras autoridades y que debíamos  de estar al  medio dia en el  lugar donde se encuentra el avión porque vendrían  a recogernos.  Llegamos al lugar y comenzamos a colocar señales en el piso para que el avión de rescate pudiera aterrizar sin problemas.  El reloj marcaba la 12:00 horas cuando se siente el rugir de los motores miro al cielo y era nuestro avión de rescate que venía a buscarnos, se procede a encender las bengalas de humo, el avión hace un reconocimiento y comienza su aterrizaje en esta pista improvisada y lo hace sin ningún problema.  Una vez en tierra firme se bajan nuestros camaradas de armas una gran emoción  y alegría de estar de nuevo con nuestros compatriotas  y rescatista, que estábamos todos bien y sin problema. Posteriormente llega la hora del adiós  dando las gracias por toda su atención al personal de gendarmería y a nuestra tripulación quienes se tienen que quedar a cambiar el motor, ya que se trajo uno nuevo junto a dos mecánicos quienes se encargarían de dejar el avión operativo.  Nos subimos al avión y continuamos nuestro viaje al norte, hicimos escala en puerto Montt en donde cargamos combustible.  Seguimos con nuestro recorrido hasta llegar al aeropuerto  carriel sur  donde desembarco junto a otro marino los demás continúan con el viaje a la quinta región. Me despido de mi colega y solicito un radio taxi que me lleve de regreso a mi hogar y poder estar de nuevo  junto a mi querida familia.




                                               EL IMPARCIAL

miércoles, 21 de agosto de 2019


ANEDOTAS MARINERAS

“SIN NOVEDAD MI ALMIRANTE”

A mediados del año 1980 llegaba a la ciudad de Santiago, al centro de telecomunicaciones de la armada, proveniente del centro naval de instrucción de  reclutas en donde había terminado mi periodo de instrucción militar. Ya que me encontraba realizando mi servicio militar. Y estaba de transito por ese lugar ya que mi destino final era la escuela de abastecimiento y servicios ubicada en Valparaíso. Pero lamentablemente la  estadía que al principio era de 24 horas se prolongaría por 3 meses. Fue lo que nos comunicó el sargento de guardia a  mi grupo de 15 conscriptos  y  el resto de mis compañeros siguió su rumbo a la quinta región. Faltaba personal de relevos  y por lo tanto debíamos servir de apoyos especialmente apostados haciendo guardia.Durante la mañana nos hacen una división x por toda la repartición  para que conociéramos las dependencias. Y durante la tarde me asignan a la guardia azul en donde conozco a mis jefaturas y compañeros de guardia. Además cada tres días debía estar de guardia las 24 horas de acuerdo al rol de turnos y lugar que me asignaran.   Con el correr de los días comienzo a conocer con más detalles la repartición  y    desempeñarme en diferentes puestos: apostado en control de acceso sector norte, ordenanza  guardia principal, mensajero del 2do comandante, ayudante de cocina, ranchero. Llevaba alrededor de dos meses con mi rutina diaria y según mi rol de turno para  el día sábado 13 de marzo del presente año, me correspondía estar apostado de 08:00 a 12:00 horas durante la mañana y en la noche debía entrar de  20:00 a 00:00     Y el sargento de guardia  me asigna apostado en el sector norte, lugar que estaba ubicado en la parte trasera de la instalación en donde habitualmente ingresa personal que pertenece a la  armada y  que vive junto a su familia al interior en la población naval, además del ingreso de proveedores, visitas  y personal de planta que transita a diarios tanto al ingreso como al salir franco. durante la noche había tenido una guardia  tranquila, miro mi reloj y eran las 22:30 horas el cielo estaba estrellado y una temperatura agradable. Que grato me dije y además  ha pasado rápido la hora me quedan solo 1:30 horas y me voy a descansar y dormir. Pero de pronto ocurre algo inesperado, aparece de improviso un vehículo de  color negro marca mercedes Benz  con sus vidrios polarizados y se estaciona frente a la portería, a primera vista no me era familiar ni de quien podría ser su dueño así que salgo raudo a fiscalizar a esa visita. Y me coloco por el lado del conductor, y al observar mi presencia esta persona  procede a bajar el vidrio y logro apreciar a una persona adulto mayor  vestido de civil y viajaba solo, le doy el saludo correspondiente, buenas noches señor y le pregunto a qué se debe su visita, me responde  con una voz fuerte y entre cortada que viene a visitar al comandante Riquelme por una reunión de camaradería. Muy bien señor le respondo y le solicito que me facilite su identificación, se lleva la mano a su chaqueta y saca su tarjeta de identificación y me la pasa, la tomo en mis manos observo su fotografía y su nombre y para mi gran sorpresa decía almirante Maldonado, era nada menos que el comandante en jefe de la armada. En tres tiempos le devuelvo su credencial me pongo firme, juntando mis  botas y  haciendo sonar los tacos sacando chispa y procedo a rendirle honores con mi fusil m16 en porte, y le doy las novedades correspondiente, diciendo la frase” sin novedad mi almirante en el sector norte”. A continuación me responde continuar marinero, me retiro hacia la portería y procedo a levantar la barrera de control. Para que ingrese a la repartición. Acto seguido tomo el teléfono y  me comunico con el cabo de guardia de la oficina central y le comunico lo acontecido.Una vez más tranquilo y con la adrenalina controlada, me quedo pensando la gran experiencia de haber conocido y controlado en persona a nuestro almirante. Ya que solamente lo conocía a través de la televisión y el periódico. Había pasado alrededor de una hora de aquel acontecimiento y pronto a entregar mi turno cuando aparece el sargento de guardia acompañado del cabo y dos marineros. Y me dice tienes que entregar el turno ahora, tú fusil y acompañarme de inmediato  a sala de guardia hablar con el teniente Pérez. Quede atónico no sabía que pasaba, que estaba ocurriendo con migo se me cruzan miles de ideas por mi mente  estaba aterrado, me trasladan en calidad de detenido y nadie me dada alguna explicación y todos me miraban con cierto desprecio y desconfianza por el semblante de sus rostros y de sus ojos. Llego por fin a la sala de guardia que era un trayecto relativamente corto que para mí en ese momento se me hiso eterno. El sargento ingresa a la oficina del teniente Pérez y me dejan en el pasillo a la espera custodiado por el personal. Atraves de la puerta lograba escuchar los gritos  y llamado de atención que le propinaba el teniente diciéndole toda la guardia está cuestionada, quedo por el suelo, perdimos el control, que pasara con mi carrera va estar condicionada por tu irresponsabilidad y mal manejos del personal, pusiste a un conscripto mote  sin experiencia con poco tiempo en la repartición y  recién salido de instrucción. En un puesto estratégico de harto movimientos y especial por el ingreso de visitas. Ahora todo el personal de la guardia pasara al libro de castigo. El sargento solo atinaba a decir disculpe mi teniente no fue mi intención. De pronto se abre la puerta y sale el oficial y en su rostro se notaba su rabia  y de sus ojos parecían salir chispas  me dice con un tono autoritario y prepotente marinero tiene que  acompáñame hablar con el comandante  Riquelme a su oficina. Durante el trayecto pude juntar los cabos sueltos y hacerme una idea de lo se trataba todo este tremendo operativo al parecer la cosa es grave, fue por el ingreso de mi almirante a la repartición. Llegamos a la oficina del comandante y el teniente se notaba tenso, nervioso, preocupado  en cambio yo me encomendaba a dios y le pedía con toda mi fe que me protegiera y que  todo saliera bien. De pronto del  interior se escucha una voz suave que nos invita a que ingresamos a la oficina, pasen adelante.   El teniente saluda y pide permiso al más antiguo para ingresar, seguidamente lo hago yo. Y para tal sorpresa se encontraba acompañado con el almirante en una actitud  relajada y de camaradería compartiendo unos tragos, picadillos fumando un puro y jugando al cacho. Acto seguido el teniente se dirige al comandante y le dice mi comandante aquí le traigo al marinero que estaba apostado de guardia en el sector norte. Perfecto dice el comandante pero el que desea hablar con él es mí almirante quien solicito que lo trajera a mi  oficina, se pone de pie mi almirante y me dice marinero póngase en descanso y dígame su nombre y grado, le respondo marinero 2do conscripto naval  Pedro Cáceres npi: 88888888.  Llevo cuatro meses en la armada y aquí en esta repartición dos meses. Termino de decir esto cuando mi almirante mi dice bien marinero lo cite a mi presencia por que deseo felicitarlo personalmente por su espíritu militar, su entrega y profesionalismo en el desempeño de sus deberes militares que quedó demostrado cuando me fiscalizo al ingreso de esta repartición, me estira su mano y me dice lo felicito marinero. Le respondo  apretando su mano y le digo gracias mi almirante. A continuación se dirige al comandante y le dice este el tipo de persona que la armada necesita, coloca en su hoja de vida una anotación positiva de acuerdo a lo acontecido, además le haré llegar mis felicitaciones al jefe del centro naval de instrucción de reclutas por su excelente formación e instrucción militar con el personal de conscriptos, Si usted desea hacer una carrera naval y continuar en la armada las puertas están abiertas, aquí está mi tarjeta con el número de mi asesor personal  para  cualquier cosa que necesite. Le contesto gracias mi almirante por sus palabras me siento honrado y orgulloso de poder servir a la armada y de poder cumplir con mis deberes y obligaciones militares. Seguidamente hago abandono de la oficina con una sensación extraña de dulce y agraz, hace un instante poco menos me querían crucificar por parte del oficial de guardia por un mal entendido de su parte. Y ahora salgo con la frente en alto muy orgulloso y campante de estar haciendo bien mi trabajo y ser reconocido nada menos que por mi almirante. Una vez en la sala de guardia el teniente se nota bastante tranquilo y relajado le cambio el semblante de su cara, no atina a decirme nada quizás por vergüenza o por orgullo de haber hecho el ridículo y haber creado una gran tormenta en un vaso de agua. Solamente me dice que me puedo retirar. Me dirijo hacia el entrepuentes a descansar eran pasada la media noche había tenido una noche agitada y difícil de olvidar por lo tanto no podía conciliar el sueño me desvelaba y pensaba en lo que había pasado, a duras penas logro quedarme dormido y cuando estaba en un sueño profundo me despierta el toque de diana del cabo de guardia. Alza arriba marinero y a continuar con mi rutina diaria. Durante el transcurso del día comienzan el personal a enterarse de lo ocurrido la noche anterior y comienzan  hacerme las preguntas de rigor, a recibir felicitaciones por parte de mi contingente y sentirse orgullosos de que su carreta deje bien puesto el nombre de los conscriptos navales, el resto del personal  me observa con cierto asombro e incredulidad. A la semana siguiente nos informan que nuestra estadía había llegado a su fin, nuestro transbordo había llegado y debíamos seguir con rumbo a la quinta región y continuar con mi servicio militar                                                                                                       


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