ANEDOTAS
MARINERAS
“SIN
NOVEDAD MI ALMIRANTE”
A mediados del año 1980 llegaba a la ciudad de
Santiago, al centro de telecomunicaciones de la armada, proveniente del centro
naval de instrucción de reclutas en
donde había terminado mi periodo de instrucción militar. Ya que me encontraba
realizando mi servicio militar. Y estaba de transito por ese lugar ya que mi
destino final era la escuela de abastecimiento y servicios ubicada en Valparaíso.
Pero lamentablemente la estadía que al
principio era de 24 horas se prolongaría por 3 meses. Fue lo que nos comunicó
el sargento de guardia a mi grupo de 15 conscriptos
y el resto de mis compañeros siguió su rumbo a
la quinta región. Faltaba personal de relevos
y por lo tanto debíamos servir de apoyos especialmente apostados
haciendo guardia.Durante la mañana nos hacen una división x por toda la repartición para que conociéramos las dependencias. Y
durante la tarde me asignan a la guardia azul en donde conozco a mis jefaturas
y compañeros de guardia. Además cada tres días debía estar de guardia las 24
horas de acuerdo al rol de turnos y lugar que me asignaran. Con el correr de los días comienzo a conocer
con más detalles la repartición y desempeñarme
en diferentes puestos: apostado en control de acceso sector norte, ordenanza guardia principal, mensajero del 2do comandante,
ayudante de cocina, ranchero. Llevaba alrededor de dos meses con mi rutina
diaria y según mi rol de turno para el día
sábado 13 de marzo del presente año, me correspondía estar apostado de 08:00 a
12:00 horas durante la mañana y en la noche debía entrar de 20:00 a 00:00 Y el sargento de guardia me asigna apostado en el sector norte, lugar
que estaba ubicado en la parte trasera de la instalación en donde habitualmente
ingresa personal que pertenece a la armada y que vive junto a su familia al interior en la
población naval, además del ingreso de proveedores, visitas y personal de planta que transita a diarios
tanto al ingreso como al salir franco. durante la noche había tenido una guardia tranquila,
miro mi reloj y eran las 22:30 horas el cielo estaba estrellado y una
temperatura agradable. Que grato me dije y además ha pasado rápido la hora me quedan solo 1:30
horas y me voy a descansar y dormir. Pero de pronto ocurre algo inesperado,
aparece de improviso un vehículo de
color negro marca mercedes Benz
con sus vidrios polarizados y se estaciona frente a la portería, a
primera vista no me era familiar ni de quien podría ser su dueño así que salgo
raudo a fiscalizar a esa visita. Y me coloco por el lado del conductor, y al
observar mi presencia esta persona procede a bajar el vidrio y logro apreciar a
una persona adulto mayor vestido de
civil y viajaba solo, le doy el saludo correspondiente, buenas noches señor y
le pregunto a qué se debe su visita, me responde con una voz fuerte y entre cortada que viene
a visitar al comandante Riquelme por una reunión de camaradería. Muy bien señor
le respondo y le solicito que me facilite su identificación, se lleva la mano a
su chaqueta y saca su tarjeta de identificación y me la pasa, la tomo en mis
manos observo su fotografía y su nombre y para mi gran sorpresa decía almirante
Maldonado, era nada menos que el comandante en jefe de la armada. En tres
tiempos le devuelvo su credencial me pongo firme, juntando mis botas y
haciendo sonar los tacos sacando chispa y procedo a rendirle honores con
mi fusil m16 en porte, y le doy las novedades correspondiente, diciendo la
frase” sin novedad mi almirante en el sector norte”. A continuación me responde
continuar marinero, me retiro hacia la portería y procedo a levantar la barrera
de control. Para que ingrese a la repartición. Acto seguido tomo el teléfono
y me comunico con el cabo de guardia de
la oficina central y le comunico lo acontecido.Una vez más tranquilo y con la
adrenalina controlada, me quedo pensando la gran experiencia de haber conocido
y controlado en persona a nuestro almirante. Ya que solamente lo conocía a
través de la televisión y el periódico. Había pasado alrededor de una hora de aquel
acontecimiento y pronto a entregar mi turno cuando aparece el sargento de
guardia acompañado del cabo y dos marineros. Y me dice tienes que entregar el
turno ahora, tú fusil y acompañarme de inmediato a sala de guardia hablar con el teniente Pérez.
Quede atónico no sabía que pasaba, que estaba ocurriendo con migo se me cruzan
miles de ideas por mi mente estaba
aterrado, me trasladan en calidad de detenido y nadie me dada alguna
explicación y todos me miraban con cierto desprecio y desconfianza por el
semblante de sus rostros y de sus ojos. Llego por fin a la sala de guardia que era un trayecto relativamente
corto que para mí en ese momento se me hiso eterno. El sargento ingresa a la
oficina del teniente Pérez y me dejan en el pasillo a la espera custodiado por
el personal. Atraves de la puerta
lograba escuchar los gritos y llamado de
atención que le propinaba el teniente diciéndole toda la guardia está cuestionada,
quedo por el suelo, perdimos el control, que pasara con mi carrera va estar
condicionada por tu irresponsabilidad y mal manejos del personal, pusiste a un
conscripto mote sin experiencia con poco
tiempo en la repartición y recién salido
de instrucción. En un puesto estratégico de harto movimientos y especial por el
ingreso de visitas. Ahora todo el personal de la guardia pasara al libro de castigo.
El sargento solo atinaba a decir disculpe mi teniente no fue mi intención. De
pronto se abre la puerta y sale el oficial y en su rostro se notaba su rabia y de sus ojos parecían salir chispas me dice con un tono autoritario y prepotente
marinero tiene que acompáñame hablar con
el comandante Riquelme a su oficina.
Durante el trayecto pude juntar los cabos sueltos y hacerme una idea de lo se
trataba todo este tremendo operativo al parecer la cosa es grave, fue por el
ingreso de mi almirante a la repartición. Llegamos a la oficina del comandante y el
teniente se notaba tenso, nervioso, preocupado en cambio yo me encomendaba a dios y le pedía
con toda mi fe que me protegiera y que todo saliera bien. De pronto del interior se escucha una voz suave que nos
invita a que ingresamos a la oficina, pasen adelante. El
teniente saluda y pide permiso al más antiguo para ingresar, seguidamente lo
hago yo. Y para tal sorpresa se encontraba acompañado con el almirante en una
actitud relajada y de camaradería
compartiendo unos tragos, picadillos fumando un puro y jugando al cacho. Acto
seguido el teniente se dirige al comandante y le dice mi comandante aquí le
traigo al marinero que estaba apostado de guardia en el sector norte. Perfecto
dice el comandante pero el que desea hablar con él es mí almirante quien
solicito que lo trajera a mi oficina, se
pone de pie mi almirante y me dice marinero póngase en descanso y dígame su
nombre y grado, le respondo marinero 2do conscripto naval Pedro Cáceres npi: 88888888. Llevo cuatro meses en la armada y aquí en esta
repartición dos meses. Termino de decir esto cuando mi almirante mi dice bien
marinero lo cite a mi presencia por que deseo felicitarlo personalmente por su
espíritu militar, su entrega y profesionalismo en el desempeño de sus deberes
militares que quedó demostrado cuando me fiscalizo al ingreso de esta
repartición, me estira su mano y me dice lo felicito marinero. Le respondo apretando su mano y le digo gracias mi almirante.
A continuación se dirige al comandante y le dice este el tipo de persona que la
armada necesita, coloca en su hoja de vida una anotación positiva de acuerdo a
lo acontecido, además le haré llegar mis felicitaciones al jefe del centro
naval de instrucción de reclutas por su excelente formación e instrucción
militar con el personal de conscriptos, Si usted desea hacer una carrera naval y
continuar en la armada las puertas están abiertas, aquí está mi tarjeta con el número
de mi asesor personal para cualquier cosa que necesite. Le contesto
gracias mi almirante por sus palabras me siento honrado y orgulloso de poder
servir a la armada y de poder cumplir con mis deberes y obligaciones militares.
Seguidamente hago abandono de la oficina con una sensación extraña de dulce y
agraz, hace un instante poco menos me querían crucificar por parte del oficial
de guardia por un mal entendido de su parte. Y ahora salgo con la frente en
alto muy orgulloso y campante de estar haciendo bien mi trabajo y ser
reconocido nada menos que por mi almirante. Una vez en la sala de guardia el
teniente se nota bastante tranquilo y relajado le cambio el semblante de su
cara, no atina a decirme nada quizás por vergüenza o por orgullo de haber hecho
el ridículo y haber creado una gran tormenta en un vaso de agua. Solamente me
dice que me puedo retirar. Me dirijo hacia el entrepuentes a descansar eran
pasada la media noche había tenido una noche agitada y difícil de olvidar por
lo tanto no podía conciliar el sueño me desvelaba y pensaba en lo que había
pasado, a duras penas logro quedarme dormido y cuando estaba en un sueño
profundo me despierta el toque de diana del cabo de guardia. Alza arriba
marinero y a continuar con mi rutina diaria. Durante el transcurso del día
comienzan el personal a enterarse de lo ocurrido la noche anterior y comienzan hacerme las preguntas de rigor, a recibir
felicitaciones por parte de mi contingente y sentirse orgullosos de que su
carreta deje bien puesto el nombre de los conscriptos navales, el resto del
personal me observa con cierto asombro e
incredulidad. A la semana siguiente nos informan que nuestra estadía había
llegado a su fin, nuestro transbordo había llegado y debíamos seguir con rumbo
a la quinta región y continuar con mi servicio militar
EL IMPARCIAL
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